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martes, 3 de marzo de 2015

Dime que haces y te diré Quién eres. Salmo 104.

La forma de actuar de una persona pero en especial lo que hace debe determinar en realidad quien es. 
Para Jesucristo lo que una persona hace se llama fruto. Por eso podemos decir que el dicho preferido de Jesucristo es: dime que haces y te diré quien eres y es más podríamos añadir te diré de quien eres recuerda que hay otro adagio que dice: las cosas se parecen a su dueño. Mateo 7: 16 “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Porque cosas era conocido Jehová Dios. Solo vamos a enumerar algunas de lo contrario nunca acabaríamos de hacerlo.
1. El Fundo la Tierra. V 5 “El fundó la tierra sobre sus cimientos; No será jamás removida.
2.Él nos provee de todo lo necesario a los hombres como a los animales. V 11-14 “Dan de beber a todas las bestias del campo; Mitigan su sed los asnos monteses. 104:12 A sus orillas habitan las aves de los cielos; Cantan entre las ramas. 104:13 El riega los montes desde sus aposentos; Del fruto de sus obras se sacia la tierra. 104:14 El hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre,
Sacando el pan de la tierra,
En una sola palabra podríamos asegurar que las obras de Jehová son innumerables. V 24 ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios.
Hablar de lo que hace Jehová es fácil tan solo basta con abrir nuestros ojos cada mañana y mirar a nuestro alrededor. Es más nuestra forma de vida actual hace parte de esas cosas maravillosas que hace Dios.
No hay duda entonces que nuestros frutos son los que tienen que hablar de nosotros. Como entonces mejorar nuestra productividad en esta vida.
1. Hacer de nuestra mente y nuestro corazón un buen terreno.  Mateo 13: 8 “Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.” por muy buena que sea la semilla si no tiene un terreno apto su productividad no será la mejor.
2. Sembrando una Buena semilla el terreno puede ser muy bueno pero si la semilla es mala el fruto no será el mejor. La semilla que podemos sembrar en nuestra mente y en nuestro corazón son los pensamientos.  Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad
3. No juntándonos con personas que dañan nuestros pensamientos que son nuestra semilla. 1 Corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
4. Regando la tierra de nuestro corazón con buena agua. La única fuente de agua vivía es Jesucristo. Juan 4: 14 “más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
5. No ser ociosos. El ocio causa malos pensamientos y nuestros malos pensamientos nos hacen dar malos frutos. 2 Pedro 1: 7- 8 “a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 
1:8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo
Solo Jesucristo puede hacer que demos buenos frutos es decir nuestro comportamiento cambia cuando Cristo toma el control de nuestra vida. Juan 15: 5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Que las personas que nos conocen sepan quienes somos nosotros no por lo que les decimos sino por lo que nos ven hacer. Que hacer y qué no hacer depende de ti y de mí.