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lunes, 16 de febrero de 2015

Ser Restaurados. Salmo 80.

Hablar de restaurar es hablar de volver algo deteriorado a su estado natural. 
El hombre fue hecho perfecto. En el día sexto cuando lo creo las palabras de Dios fueron: todo está bien hecho en gran  manera. Génesis 1: 31 “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran  manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
Lo que más le garantiza al hombre ser perfecto es ser hecho a la imagen y semejanza de Dios. Era tan perfecto que tendría la difícil tarea de gobernar sobre el resto de la creación  Génesis 1: 26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
 Cuando el hombre peco dejo de ser perfecto para convertirse en algo defectuoso. Por lo tanto la facilidad en la que tenia que vivir se terminó.
Que sucedía cuando era perfecto.
1. Vivian en perfecta unidad como pareja. Génesis 2: 23 “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.” no había nada que los pudiera distanciar al uno del otro. Hoy el trabajo, los amigos o los deportes hacen que cada vez las parejas estén más distanciadas.
2. La familia era lo más importante. V 24 “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” hoy muchas personas se casan pero no pueden realizarse como pareja por la constante intervención de sus padres.
3. Había confianza mutua. V 25 “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.” nuestro mejor amigo o amiga debería ser nuestra pareja.
Esta relación perfecta del hombre y la mujer hacia que la tierra fuera un perfecto paraíso. Se respiraba paz por todos lados.
Consecuencias de haberse deteriorado la perfección del hombre.
1. La confianza con Dios y la pareja se dañó. Génesis 3: 10 “Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.” la mala relación con Dios hace que también tengamos mala relación con nosotros mismos y los demás.
2. Buscamos culpables para que respondan por nuestros actos. Génesis 3: 12 “Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
3. El tener hijos sería un sufrimiento más que lo normal. V 16 “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
4. El trabajar ya no sería tan placentero y rentable. V 17-19 “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.  3:18 Espinos y cardos te producirán, y comerás plantas del campo.  3:19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” cada vez vemos más personas cargadas de pereza e incapaces de esforzarse por conseguir lo que quieren.
La única solución para salir de ese estado de imperfección y de ruina es la restauración. Dios puede dejarnos como nuevos.
Como ser Restaurados.
1. Anhelar ser restaurados. V 7, 19 “Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.  ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.” Dios quiere transformar nuestra vida pero no lo va hacer a la fuerza en contra de nuestra voluntad.
2. Estar dispuestos a someternos al proceso que implica ser restaurados. 1 Pedro 1: 7 “para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,” una buena vasija debe pasar por el fugo, por la lija y por la pintura.
La única forma de ser restaurados por Dios es a través del arrepentimiento genuino y de corazón. Reconozcamos nuestros errores y dejemos que Jesucristo nos vuelva al estado original de perfección.